Fertilidad e incubabilidad en estirpes pesadas
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Introducción

Las aves reproductoras pesadas son estirpes que han sido seleccionadas por generaciones con el objetivo fundamental de que su progenie sea muy eficiente en convertir alimento en carne de pollo.

Durante las fases de crianza y levante de machos y hembras reproductoras –23 a 25 semanas de edad–, estas aves deben ser sometidas a un programa de restricción de consumo de alimento muy estricto y riguroso, para que se desarrollen correctamente y logren producir la mayor cantidad de huevos fértiles y aptos para incubar. 

Si se les permitiera a estas aves consumir pienso ad-libitum, rebasarían ampliamente sus curvas de peso estándar y no producirían nada cercano a lo óptimo, tanto en cantidad de huevos como en el nivel de fertilidad de estos.

En los planteles de reproducción existe una lucha constante para sostener un equilibrio fisiológico, entre la producción de huevos fértiles y la enorme capacidad que estas estirpes de carne poseen, para convertir el alimento que consumen en peso corporal.

Fertilidad

Un huevo fértil es aquel en que el óvulo de la gallina ha sido fecundado por espermatozoides de gallo. Una vez que la gallina libera un folículo en el infundíbulo de su aparato reproductivo, las espermas presentes, en unas cavidades llamadas criptas, se movilizan y penetran la membrana peri-vitelina del óvulo y ocurre la fertilización.

▲ Figura 1. Foto superior: perforaciones de espermatozoides en el blastodermo de un huevo fértil. Foto inferior: escasas perforaciones en la membrana peri-vitelina en el blastodisco de un huevo infértil.
▲ Figura 2. Blastodermo de un huevo fértil.
▲ Figura 3. Blastodisco de un huevo infértil.

Una vez fertilizado el blastodisco –haploide–, este se convierte en una célula diploide –blastodermo– que empieza a multiplicarse y a crecer mediante mitosis celular. Al momento de la oviposición, el blastodermo se encuentra en un rango de 60 000 – 80 000 células.

Los huevos fértiles, una vez que han sido puestos, equivalen a ser huevos preñados. Es decir, se encuentran en su máximo potencial de incubabilidad, para producir pollitos en ese preciso instante.

No podemos hacer nada para mejorar este potencial, pero sí podemos causar mermas de incubabilidad, si no ejercemos un buen manejo de las aves e instalaciones. 

Nacimiento sobre Huevo Fértil Vs. Nacimiento sobre la Carga total de huevos, Fértiles e Infértiles

Solo se pueden producir pollitos a partir de huevos fértiles; la posibilidad de producirlos a partir de huevos infértiles es nula. Por tanto, los resultados de la planta incubadora deben medirse en términos de nacimientos como porcentaje del huevo fértil que se cargó en incubadoras.

El (%) de incubabilidad debería medirse en términos del (%) de nacimiento sobre el (%) de huevo fértil cargado, no como el (%) de nacimiento sobre la carga total de huevos, fértiles e infértiles.

Por ejemplo: si obtuvimos un 86.4 % de nacimiento de la carga total de huevos. Al dividirlo por un 96 % de fertilidad que tuvo la parvada, tendríamos 90 % de nacimiento sobre el huevo fértil cargado y un “Hatch spread” de solo 3.6 %

En la Tabla 2 se observa que el lote B fue el de peor actuación al evaluar su porcentaje de nacimiento sobre la carga total de huevos, fértiles e infértiles, pero fue el que tuvo el mejor resultado al evaluarlo correctamente en términos de su porcentaje de nacimiento sobre la fertilidad calculada de la parvada de reproductoras. 

▲ Tabla 1. Estándares, % de Nacimiento / Huevo Fértil & Edad de los Reproductores
▲ Tabla 2. Porcentajes de fertilidad, nacimiento de huevos y Hatch Spread en diferentes lotes.

Fertilidad, incubabilidad y manejos zootécnicos

La fertilidad de los huevos que son enviados desde los planteles de reproducción a la planta incubadora es esencial; es una condición sin la cuál no se puede tener éxito en el sector de incubación.

La fertilidad de los lotes reproductores disminuye normalmente a medida en que estos avanzan en edad. Es un proceso natural que debemos aceptar y manejar adecuadamente en granjas para minimizar su impacto en la planta incubadora.

Existen varias prácticas que se focalizan en minimizar la pérdida normal de fertilidad e incubabilidad que observamos a medida en que machos y hembras envejecen, tales como:

  1. Reemplazo parcial o completo de machos residentes por machos jóvenes criados específicamente para este propósito. No obstante, esta práctica involucra riesgos de bioseguridad en términos de contaminación cruzada e introducción de enfermedades de machos residentes a machos de reemplazo y viceversa. Los veterinarios deben hacer una revisión exhaustiva de los programas de vacunación de cada grupo de aves y lograr un punto intermedio de protección.
  2. Limpieza, selección, reubicación o traslado de machos residentes entre distintos tramos de un mismo galpón; o bien, entre galpones adyacentes. Considero que esta opción es la más sencilla y la menos riesgosa.
  3. Reparto del alimento de machos en cafeterías o restaurantes con el objetivo de eliminar el robo de alimento por parte de las hembras en los comederos de machos y viceversa.
  4. En algunos casos, se formulan dietas separadas para hembras o machos para cubrir de manera más específica las necesidades energéticas y proteicas de cada sexo.

Fertilidad, equipos modernos de control de ambiente y alimentación

Los reproductores de estirpes pesadas siempre han requerido esquemas de manejo puntuales y una ingesta nutricional específica, durante las fases de crianza y postura para lograr su potencial reproductivo.

Sólo es posible mantener este potencial a través de óptimos y múltiples manejos zootécnicos, en granjas tecnificadas atendidas por un personal idóneo, y provistas de los equipos necesarios.

Existe una amplia gama de equipos mecanizados que han sido desarrollados y respaldados con trabajos de investigación técnica muy profundos, que simplifican y mejoran sustancialmente manejos que, en el pasado, eran intensivos en mano de obra. Existen algunos ejemplos:

Comederos mecanizados de plato con reparto de alta velocidad –sin fin o cadena- para hembras con rejillas de precisión graduables fácilmente, tanto en ancho como en altura.

Bebederos de niple que regulan la tasa de flujo del agua de bebida con exactitud y minimizan la incidencia de camas y/o tapetes de nidos apelmazados, lo que reduce notablemente la incidencia de huevos contaminados por excrementos.

Recolección de huevos en nidos mecanizados sobre pisos de “slats” individuales o comunitarios– que, si son bien manejados, logran niveles de producción compatibles con las exigencias de rentabilidad de las empresas.

La mecanización de labores manuales es cada vez más evidente y a todo nivel. Esta es una tendencia irreversible y muy necesaria también.

Por otro lado, la disponibilidad de personal calificado para atender planteles avícolas es cada vez más escasa. Nuestra industria no compite bien con otras fuentes de trabajo que son mejor remuneradas y menos estresantes en materia de horarios de trabajo.

Por consiguiente, no es un asunto fácil producir suficientes huevos fértiles y aptos para incubarse; los planteles de reproducción son la fuente de la materia prima de la cual depende la planta incubadora para producir suficientes pollitos viables para los planteles de engorde.

Nuestro personal en granjas debe estar cada vez mejor capacitado en la configuración y operación de paneles de control programables que manejan la ventilación del ambiente interno de los galpones, el reparto del alimento, los horarios de luz artificial, y la recolección de los huevos, entre otros factores.

Conclusiones

Los sectores de aves reproductoras, incubación y engorde, constantemente están evolucionando en aras de mejorar el rendimiento y bienestar de las aves, la seguridad alimentaria, las exigencias y el nivel de satisfacción del consumidor y, simultáneamente, los márgenes de utilidad de las empresas. Conjugar todos estos factores y alcanzar un buen equilibrio, no es para nada un asunto simple de lograr.

Afortunadamente, se han dado muchos avances tecnológicos contundentes en mecanización e inteligencia artificial que nos han facilitado lograr varias metas y objetivos de nuestra modernidad.

Sin embargo, no es posible descansar sobre nuestros laureles. En corto tiempo aparecerán nuevos retos que nos demandarán más innovaciones, que serán necesarias para vencer estos obstáculos y seguir prosperando en nuestra industria.

Referencias

  • Abouelezz, F. M. K., Castaño, C., Toledano-Díaz, A., Esteso, M. C., López-Sebastián, A., Campo, J. L., & Santiago-Moreno, J. (2015). Sperm–egg penetration assay assessment of the contraceptive effects of glycerol and egg yolk in rooster sperm diluents. Theriogenology, 83(9), 1541-1547.
  • Bramwell, R. K. (1998). Sperm penetration in broiler breeder strains. Department of Poultry Science. University of Georgia – Tifton Rural development center, USA.
Ing. Angel I. Salazar, M. Sc.

Incubation Systems, Inc. USA.
asalazar@incubationsystems.com

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