1. Introducción
El Metapneumovirus (MPVA) es un patógeno ampliamente distribuido en granjas comerciales avícolas del mundo, afectando inclusive otras especies de aves de vida silvestre. La enfermedad respiratoria resultante de la infección lleva a pérdidas económicas significativas.
El MPVA es un patógeno primario en los pavos causando rinotraqueitis, y está involucrado en el síndrome de cabeza hinchada de los pollos de carne y gallinas. El MPVA fue reportado por la primera vez en Sudáfrica en el final de la década de los 70s, cinco años después se detectó en Europa y luego se diseminó a otras partes del mundo, siendo detectado en EEUU en 1996.
2. Agente Etiológico
El MPVA pertenece al género Metapneumovirus de la familia Paramyxoviridae. Tras su caracterización en 1988 fue llamado Pneumovirus y actualmente es conocido de forma más correcta como Metapneumovirus aviar (MPVA).
El genoma del MPVA consiste de aproximadamente 13kb de RNA no segmentado, linear y de sentido negativo que codifican ocho genes. El gen G codifica la glicoproteína G, la cual es responsable por la adhesión a las células hospederas. Debido a su secuencia variable, este gen es albo para estudios de caracterización molecular que permitirán subtipificar este agente infeccioso.
Virus aislados de pollos y pavos son antigénicamente iguales, aunque se han observado diferencias de susceptibilidad a virus de estas especies. Bajo condiciones experimentales, vacunas comerciales protegen muy bien a ambas especies.
Cuatro subtipos fueron reconocidos basados en las divergencias en el gen G. Los subtipos A y B son detectados en Europa, Asia y Brasil; el subtipo C circula en EEUU (pavos), China (patos) y Canadá (aves acuáticas), Francia y Corea; mientras que el subtipo D fue descrito en Francia.
*Tomado de las memorias del XIV Seminario Internacional de Patología y Producción Aviar. Athens, Georgia
3. Epidemiología
Desde su primera descripción en Sudáfrica y luego en EUU, fue evidente que el MPVA es un patógeno severo para pavos, siendo necesario el uso de vacunas. Por otro lado, la magnitud del efecto de la infección en pollos de carne no es muy clara. El MPVA es reconocido como un agente primario en reproductoras, mientras que en los pollos de carne tiene un rol en el complejo del síndrome respiratorio.
Existen publicaciones que muestran diferentes grados de susceptibilidad entre especies y subtipos virales. El subtipo C infecta naturalmente pavos, pero no pollos ni gallinas. De otro lado, los subtipos A y B infectan tanto pavos, pollos y gallinas.
Experimentalmente se observó que palomas y gorriones pueden ser transmisores asintomáticos del MPVA; mientras que aves de Guinea, faisanes y patos mostraron ser susceptibles a la infección. Monitorias serológicas detectaron seroconversión contra MPVA en avestruces, aves de juego y acuáticas.
La principal forma de transmisión es a través del contacto directo de aves infectadas y susceptibles. El movimiento de aves infectadas, movimiento de personas, equipos y vehículos contaminados son considerados como vías de transmisión. Aunque el MPVA fue detectado en órganos reproductivos, éste no puede ser transmitido de forma vertical.
4. Patología
El MPVA causa una infección aguda en el tracto respiratorio de aves y pavos. La enfermedad en los pavos se llama rinotraqueitis del pavo (TRT) y es caracterizada por estertores traqueales, estornudos, senos respiratorios hinchados y descarga nasal y ocular. El MPVA es también asociado con el síndrome de cabeza hinchada (SHS) en pollos y gallinas leves y pesadas. En pollos de carne, los signos clínicos de la mono-infección son menos claros que en los pavos, pero también podría observarse tortícolis, desorientación y opistótono. Tanto en pavos y gallinas, el MPVA produce una caída transitoria de la producción de huevos con aumento de anormalidades y peritonitis.
El MPVA daña células epiteliales respiratorias de los cornetes nasales y tráquea, y afecta el transporte mucociliar. De esta forma, bacterias pueden pasar la barrera epitelial llegando a regiones más profundas del tracto respiratorio. Co-infecciones de MPVA y bacterias resultan en un aumento de la severidad de los signos clínicos y lesiones macro y microscópicas.
Luego de la infección experimental se observa congestión, edema e infiltración mononuclear en la lámina propia de la tráquea tres días pos-inoculación, seguido por deciliación local. El proceso regenerativo se observa entre los 10 y 14 días después de la inoculación.
5. Diagnóstico
El MPVA no causa signos clínicos patognomónicos que permitan detectarlo sin el uso de técnicas laboratoriales. Debe considerarse en el momento del muestreo: número de aves necropsiadas o muestras de sangre, órganos albos, y tiempo adecuado después del inicio de los signos clínicos. Para las pruebas serológicas se recomienda colectar suero de un mínimo de 20 aves. Para el diagnóstico molecular y aislamiento se recomienda colectar muestras o hisopados de tráquea de por lo menos cinco aves.
Material de senos nasales son también valiosos para el diagnóstico, mientras que órganos reproductivos son recomendable cuando existen problemas de producción de huevos o fertilidad. Las muestras de tejidos deben colectarse lo más próximo al inicio de los signos clínicos.
5.1 Técnicas laboratoriales
Las técnicas laboratoriales más utilizadas en la actualidad, sea por su conveniencia, disponibilidad, precio y facilidad, son:
- Moleculares (RT-PCR): permiten la detección inmediata del agente en muestran colectadas durante el episodio clínico. Además, permiten conocer el subtipo del virus de campo causante de la enfermedad clínica.
- Serológicos: permiten detectar infecciones recientes luego de un aumento significativo de seroconversión. Las muestras deben colectarse de forma pareada:
- En el momento del desafío clínico y cuatro semanas después. No permiten conocer el subtipo viral y existen variaciones entre los diferentes kits comerciales.
- Aislamiento viral: son cada vez menos utilizados para fines de diagnóstico pues son demorados y caros. Son de utilidad cuando posteriormente se realizará pruebas para conocer el grado de virulencia.
6. Control
6.1 Bioseguridad
Las medidas de bioseguridad son implementadas con el propósito de limitar el ingreso de cualquier agente infeccioso para dentro de la granja. Todo esfuerzo realizado para este propósito será recompensado disminuyendo la presión de infección en la granja. Los primeros brotes de la enfermedad en granjas de pavos mostraron que las medidas de bioseguridad no eran suficientes para controlar los efectos de la infección, siendo necesario el desarrollo de vacunas.
6.2 Vacunación
Considerando el grado de infeccioso del MPVA y las relaciones epidemiológicas entre las unidades de las empresas avícolas, las medidas de bioseguridad en granjas de reproductoras y ponedoras son reforzadas por programas inmunoprofilácticos. El programa vacunal debe diseñarse basado en el nivel de presión de infección (áreas de alta densidad poblacional, localización de granjas vecinas, etc…), tipo de ave (reproductoras y pavos son los más susceptibles y sensibles) y patogenicidad de virus de campo.
En la actualidad, solamente se vacunan aves reproductoras, ponedoras y pavos. En aves de vida larga el programa incluye la combinación de vacunas vivas e inactivadas. Las vacunas vivas e inactivadas tienen la función de iniciar y prolongar la protección, respectivamente. La eficacia del programa dependerá de: 1) la calidad de la cepa y vacuna, 2) número de vacunaciones, y 3) la calidad de la aplicación.
Tabla. Criterios a evaluar para selección de la vacuna.
PARÁMETRO | VACUNA VIVA | VACUNA INACTIVADA |
---|---|---|
Subtipo | Subtipo circulando en la región | Subtipo circulando en la región |
Inicio de la protección | < 3 semanas | < 4 semanas |
Duración de la protección | Cuanto mayor mejor | Cuanto mayor mejor |
Inmunogenicidad | Protección contra signos clínicos y excreción viral | Elevada y estable seroconversión |
Tabla. Principales puntos críticos que influyen en la calidad de la inmunización.
PARÁMETRO | VACUNA VIVA | VACUNA INACTIVADA |
---|---|---|
Aplicación | Vía de aplicación (ocular > spray > agua de bebida) | Edad al momento de la aplicación |
Dosis vacunal | Volumen de la dosis | Volumen de la dosis |
Refuerzo | Es necesario | No es necesario |
Sensibilidad del virus vacunal | Solución vacunal con temperatura <15oC | - |
Compatibilidad con otras vacunas respiratorias vivas | Aplicarse con intervalos mínimos de dos semanas | - |
6.2.1 Tipos de vacunas
Comercialmente existen disponibles vacunas vivas e inactivadas para la prevención del Metapneumovirus aviar. Estas vacunas son producidas con los subtipos A, B y C. Existen varias publicaciones e investigaciones que muestran que la protección homóloga es superior a la heteróloga. Es decir, se recomienda utilizar una vacuna que contenga el mismo subtipo detectado en casos de enfermedad clínica.
La vacuna viva se utiliza principalmente para evitar la infección por un virus de campo y sirva de “primer” o estimulador para la vacuna inactivada. La vacuna inactivada, generalmente en vehículo oleoso, es utilizada para inducir elevados títulos de anticuerpos que protejan principalmente los órganos reproductivos. Así, las vacunas vivas previenen la aparición de signos clínicos respiratorios, mientras que las vacunas inactivadas sirven para proteger contra la caída de la producción de huevos.
6.2.2 Tipos de vacunas
La eficacia de la vacunación dependerá de la calidad intrínseca de la vacuna (antigenicidad, inmunogenicidad y estabilidad) y de la calidad de su aplicación.
El virus de la vacuna viva es muy sensible a temperaturas elevadas y presencia de sustancias químicas en general. Por ello, debe utilizarse agua de calidad y libre de residuos para la preparación de la vacuna. La solución vacunal debe aplicarse lo más rápido posible después de preparada.
Un problema de la aplicación de las vacunas inactivadas es la aplicación del volumen correcto de la dosis, principalmente en lotes con gran número de aves. Máquinas diseñadas para este propósito han eliminado estas deficiencias, obteniéndose una mejor cobertura y uniformidad de protección.
6.2.3 Monitoría vacunal
Se inmuniza las aves buscando que el lote no se infecte y se enferme. La mayoría de vacunas vivas no inducen seroconversión, pero se espera una elevada seroconversión luego de la aplicación de la vacuna inactivada. En lotes de aves reproductoras, se recomienda evaluar si el programa vacunal es eficiente por monitoria serológica. Para ello se puede utilizar técnicas de ELISA con kits comerciales. Previamente se debe conocer lo valores esperados para cada kit comercial utilizado después de crear un histórico de la granja. La monitoria serológica permitirán conocer:
- Títulos serológicos (GMT o promedios geométricos) (muestra la intensidad de la respuesta) y,
- Coeficiente de variación CV% (muestra la uniformidad de la respuesta).
Para ello, el programa de monitoria debe incluir colectas seriadas. Por ejemplo:
- Semana de la aplicación de la vacuna inactivada – puede detectar infecciones en la fase de recría y los resultados serán usados para evaluar posterior seroconversión inducida por la vacuna inactivada.
- Cuatro semanas pos-aplicación de la vacuna inactivada – para evaluar incremento de seroconversión inducida por la vacuna inactivada.
- Mitad y final de la fase de producción o semanas 40, 50 y 60 de edad – para evaluar persistencia de la seroconversión inducida por la vacuna inactivada y/o detectar posibles desafíos de campo.